El estruendo del Valle de Chistau

La imagen del silencio idílico del Pirineo se rompe cada 17 de enero, festividad San Antonio, en el Valle de Chistau (Gistaú). Ese día, los cencerros se oyen por todos los rincones. No os asustéis que no ha ocurrido nada, sino que es la celebración de los Trucos del Valle de Chistau, una tradición altoaragonesa que se repite año a año en la geografía de esta zona del Sobrarbe.

¿Por qué suenan los cencerros? Hay que ahondar en el valle y en su pasado trashumante para entender esta festividad. Antaño el ruido que hacía un rebaño era proporcional a la importancia del pastor. Por eso cuanto más ruido hicieran sus animales más poder y riquezas tenía su propietario. Además hay que recordar que el día 17 es San Antonio, patrón de los animales, protector de las cabañas. Hoy el ruido es sinónimo de fiesta y como tal se entiende. Es una ceremonia que puede impresionar a los asistentes ya que el ruido y el atuendo de los mayorales es bastante curioso. A los cencerros en esta zona se les conoce bajo el nombre de trucos de ahí el denominativo de esta celebración: “La Fiesta de los Trucos”.

Mayoral

Es una cita itinerante que recorre el valle y lleva el estruendo por todos los rincones. Los trucos comienzan a sonar en Saravillo, después de la cena. Tres mayorales son los encargados de dirigir la fiesta. Vestidos de pieles y tocando un cuerno llaman al resto de los vecinos para que se unan a romper el silencio. Después, en vehículos, se viaja hasta Gistaín, San Juan de Plan, Plan, Serveto y Sin para regresar de nuevo a Saravillo. Durante el camino el ruido no cesa, sólo disminuye cuando se hace una parada para disfrutar de tentempiés como la torta o el chocolate o calentadores como el quemadillo.

Os dejamos con un vídeo y esperamos que también con muchas ganas de asistir. No os olvidéis vuestras esquirlas o cencerros.

Fuente de imágenes: La Escuelica