5 pueblos de cuento en Huesca ✨😍

Buesa. Fotografía de José Luis Briz

La provincia de Huesca está llena de rincones y poblaciones mágicas por descubrir. Hoy queremos mostraros pueblos como sacados de un cuento, tanto por su belleza y arquitectura como por el entorno que les rodea.

Son lugares que inspiran, que te reconfortan al pasear por sus calles, contemplar el paisaje que se entrevé entre sus fachadas de piedra y tu imaginación vuela a cada paso… ¿Te vienes con nosotros a soñar?

Borau

Borau se encuentra en el Valle Escondido en la Jacetania, un precioso valle que forma parte de la reserva natural más importante del Pirineo aragonés y en el que destacan los pueblos con una arraigada tradición ganadera que determina su arquitectura popular; además el Santo Grial descansó en el Valle protegiéndolo de la invasión musulmana.

Sin duda es un pueblo pintoresco de arquitectura montañesa. Sus calles angostas, empedradas y llenas de detalles, su iglesia del siglo XVI vigilando desde lo alto de la localidad, los tejados de pizarra y losa y las chimeneas pirenaicas lo convierten en uno de los núcleos mejor conservados de la zona.

Borau, ojospirenaicos

No podéis dejar de visitar la Ermita de San Adrián de Sásabe del siglo X, de estilo Románico lombardo; es lo que resta del monasterio que acogió a los obispos aragoneses durante la invasión árabe. Aquí estuvo el Santo Grial.

Ermita de San Adrián de Sásabe – Borau – Huesca de https://www.flickr.com/photos/ninogar/

Eriste

Tres minutos separan este tranquilo pueblo del animado ambiente de Benasque. Muchas de las casas de Eriste conservan la belleza de la arquitectura de montaña, anchos muros de piedra, tejados de pizarra y carpintería de madera.

Desde Eriste podéis hacer un precioso paseo a la localidad de Anciles, que es tan bonita que parece un museo. También podréis disfrutar del embalse a los pies de Eriste, paseando a su  alrededor o  realizando actividades acuáticas.

Eriste. Fotografía de Wikipedia

Buesa

Maravillosa y típica aldea pirenaica con unas vistas increíbles hacia el valle de Broto, en la puerta del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Destacan sus fachadas de piedra y sus chimeneas con espantabrujas.

Una sugerencia, no dejéis de probar un buen chuletón del Valle de Broto, ya que esta localidad es famosa por este fantástico plato.

Buesa. Fotografía de José Luis Briz

Nocito

La localidad de Nocito, como escondida del mapa se presenta bucólica ante nuestros ojos, con el imponente Tozal de Guara en el fondo de la foto.

Todas sus casas presentan preciosas chimeneas espantabrujas, bonitas y adornadas balconadas, hermosas fuentes de piedra y  todo ello en un entorno donde el único sonido que escucharemos será el cantar de las aves o el relincho de algún caballo. Y es que esta localidad también es conocida por ellos. Aquí, en Nocito, tenéis la posibilidad de contratar una excursión a caballo de media jornada o día entero (albergue La Mallata); la edad mínima recomendada es 6 años.

Tramacastilla de Tena

Cuentan que el nombre de Tramacastilla procede de la época Romana, cuando este pequeño pueblo del Valle de Tena se llamaba Trambacastiella. Esta denominación se refería a los castillos entre los que se ubica. Pero unos castillos que no son fortalezas, sino esos fortines naturales que surgen a partir de 1.224 metros en los que está Tramacastilla y que crean una de las sierras más espectaculares del Pirineo aragonés, la Sierra de Partacua.

Tracastilla te invita a pasear por sus calles con edificios de piedra, madera, pizarra y forja, que ascienden en zig-zag desde la coqueta y robusta iglesia románica de San Martín hasta las características casabloques más altas de la localidad. Hasta el empedrado de las calles y los pasadizos con arcos se han recuperado al milímetro para no desentonar en este solaz de piedra y naturaleza.

Tramacastilla de Tena de @uri_masdeu
Tramacastilla de Tena

¿Nos mandas tus fotos? 🙂