La Magia de la Historia cobra vida con la recreación histórica los Esponsales de Doña Petronila

Esponsales. Barbastro Cuna y Corona 2015. Foto: Alejandro Lansac

Los estandartes medievales engalanarán las principales calles y plazas de Barbastro los días 11,12 Y 13 de agosto para conmemorar un hecho que cambió la historia del reino aragonés y de la península; los esponsales de la Reina Petronila con el conde barcelonés Ramón Berenguer IV y que dio origen al nacimiento de la corona de Aragón. Desde hace tres años la capital del Somontano ha convertido esta fiesta en un reclamo turístico, y en una clase divulgativa y divertida de historia al aire libre.

Todo el Programa de Actos aquí www.donapetronila.es

LA MAGIA DE LA HISTORIA

La muerte de Alfonso el Batallador

En 1134, la muerte del rey Alfonso, el legendario Batallador, abrió un panorama inédito y desconcertante. El guerrero no tuvo descendencia y en su testamento decide contravenir el derecho navarroaragonés y dejar los reinos de aragoneses y pamploneses, a partes iguales, a dos órdenes religiosas, el Hospital de San Juan de Jerusalén y el Santo Sepulcro, y a una orden militar, los Pobres Caballeros de Cristo: los Templarios.

Los nobles consideran el testamento irrealizable y solo coinciden en que el reino necesita un rey.  En Navarra  elegirán a García Ramírez, el Restaurador; en Aragón, su sucesor natural debería ser Ramiro, hermano del fallecido, y obispo de Barbastro- Roda.

Ramiro II

Conocido como el Monje, Ramiro II se vio obligado a asumir su responsabilidad a la muerte de su hermano y ante el desprecio de parte de la nobleza, por su formación monástica. Reinó con mano firme y sofocó varias revueltas, entre ellas la que encarnaron sus propios nobles y diera lugar a la conocida leyenda de la Campana de Huesca.

Pero, sobre todo, quiso asegurar la continuidad dinástica. Para ello, en 1135 se casó con la francesa Inés de Poitiers que, un año después, el 11 de agosto de 1136, alumbraría una hembra, doña Petronila. La solución pasa por comprometerla en matrimonio y entregar como dote el Reino de Aragón. El elegido será Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona. Ramiro II deja el reino y se retira a San Pedro el Viejo (Huesca).

Doña Petronila

El destino de Petronila estaba escrito desde antes de nacer. Comprometida con Ramón Berenguer, al alcanzar los 14 años se celebró la boda en Lérida. Poco después quedaba embarazada, dictando entonces un testamento, en que establece que su esposo solo sería rey si no hubiera hijos vivos de ella. En 1157 dio a luz a Alfonso II, y más adelante a Dulce, Pedro y Sancho. A la muerte de Ramón Berenguer, en 1162, quedó como regente a la espera de la mayoría de edad de su primogénito. En 1964 se retiró a la Besalú, en Gerona, donde moriría en 1173.

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