La Ruta del Santo Grial 🏆 en la Provincia de Huesca
Al puro estilo, Indiana Jones, nos vamos de Ruta en busca del Grial, y es que cuenta la historia que el Santo Cáliz fue mandado desde Roma por San Lorenzo 4 días antes de su martirio…
¿Nos acompañas a conocer los pasos del Grial por la Provincia de Huesca?
1 – De Roma a Huesca – Monasterio de Loreto – Año 258 d.C.
Durante el mandato del emperador romano Valeriano (253-260), concretamente en el año 258, se emprendió una gran persecución contra los cristianos, conminándoles a abjurar de su fe o sufrir la expropiación de sus bienes y la decapitación. El papa Sixto II fue detenido, procesado y decapitado en su propia silla episcopal en las catacumbas de San Pretextato.
Pero de camino a su ejecución, el Papa iba acompañado por su diácono San Lorenzo, administrador de los bienes de la Iglesia, a quien ordenó que los distribuyera entre los pobres y que pusiera a salvo los más preciados bienes, especialmente el Santo Cáliz, que el propio San Pedro había llevado a la capital del imperio. Lorenzo le rogó que le permitiera compartir su martirio, pero él le dijo que también sufriría martirio por Cristo en su momento. Cuatro días después fue martirizado y asado vivo en una parrilla, que desde entonces pasó a ser el símbolo laurentino por antonomasia, siendo posteriormente santificado y convirtiéndose en el patrón de Huesca.
Antes de su muerte consiguió cumplir el encargo del Papa, repartiendo las riquezas entre los pobres para que no fueran a parar al emperador, a excepción del Santo Cáliz, objeto importante para su propia fe y para la continuidad del cristianismo, que envió a su ciudad natal dos días antes de su martirio a través de un legionario de su confianza, junto con una carta para sus nobles padres San Orencio y Santa Paciencia, que vivían cerca de Huesca en su granja y casa de Loret, en el lugar en que hoy se alza la ermita de Loreto, y donde se cree que se guardó inicialmente, según sostiene la tradición y corroboran los mejores investigadores en la materia.
Hoy en día la Ermita de Loreto se sitúa a tres kilómetros de la ciudad de Huesca, por lo que se puede acceder desde la capital oscense en un agradable paseo de hora y media (ida y vuelta). Según la tradición, hay que recoger una piedra al inicio del camino y depositarlo en el monasterio, y se cumplirán sus plegarias.
Ya que estáis por la zona, os podéis alojar en Huesca y aprovechar para visitar la ciudad y disfrutar de su gastronomía.
2 – San Pedro el Viejo – Año 533
Sin marcharnos de Huesca, seguimos la ruta del Santo Grial hasta el centro de la ciudad. Concretamente viajamos hasta la iglesia de San Pedro el Viejo, una auténtica joya románica.
El año 553 el Grial es trasladado a la Iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca, que acababa de ser construida por el Obispo Vicencio con el fin de contener la sagrada reliquia, y donde reposó hasta el año 711. La iglesia se construyó sobre un anterior monasterio benedictino, construido a su vez sobre un templo visigodo que sustituyó a una iglesia de la época romana. La Iglesia de San Lorenzo también fue construida por el obispo Vicencio en la misma época.
Es significativo que tanto esta nueva iglesia de San Pedro el Viejo como otros templos, monasterios, iglesias y catedrales en los que reposó el cáliz o que se construyeron para albergarlo, están dedicados a San Pedro, el primer Papa y primer custodio del Grial.
3 – Yebra de Basa – Año 711 d.C
Una nueva crisis sacude a la cristiandad en forma de invasión árabe capitaneada por Tarik y Muza, y facilitada según los cronistas por el traidor conde Don Julián, que ostentaba el mando en la plaza de Ceuta, y que tras su muerte fue enterrado a la puerta de la Iglesia de San Pedro de Loarre, para que todo el mundo pudiera pisotear su tumba. El avance de los musulmanes es imparable, llegando hasta el sur de Francia.
El entonces obispo de Huesca, San Acisclo, huye hacia el norte en el 711, junto con su sobrina Santa Orosia, llevando consigo el Grial. Hacia el año 715, según la tradición, el Santo Cáliz permanece temporalmente oculto en la casi inaccesible Cueva-Ermita de Yebra de Basa, disimulada gran parte del año por una gran cascada de agua.
Se trata de un lugar apartado, lleno de magia, en el Serrablo. La población tiene 158 habitantes, repartidos en varios núcleos. Algunos de ellos están deshabitados, pero todavía conservan las construcciones tradicionales propias de la montaña. Un viaje al pasado.
4 – San Pedro de Siresa – Año 833 d.C
A 2 kilómetros del valle de Hecho se encuentra Siresa, considerada la puerta a la Selva de Oza, un monumento de la naturaleza. Su monasterio, románico, es el templo aragonés de estas características más al norte, aunque hoy en día tan solo se conserva su iglesia. Albergó el cáliz entre los años 815 y 831. Ya que estáis en este entorno natural, os recomendamos un paseo por la zona.
5 – San Adrián de Sásabe
Sin dejar la Jacetania seguimos hacia la siguiente parada del Santo Grial, que fue transportado para protegerlo de la invasión musulmana por diferentes puntos de la montaña. Los obispos del todavía Condado de Aragón y el Santo Grial se ubican en la Iglesia de Santa María de Sásabe, cuyos restos se encuentran bajo la actual Ermita de San Adrián de Sásabe y que el año 992 se convertía en sede del primer obispado de la Reconquista.
La ermita de San Adrián de Sásabe es románica, del siglo IX, y está situada entre dos barrancos, el Calcil y el Lupán, en el río Lubierre (afluente del río Aragón).
6 – San Pedro de la Sede del Real de Bailo – Años 1014/1045 d.C
La siguiente parada en nuestra ruta pasa por Bailo, un municipio de la Jacetania en las inmediaciones del Parque protegido de San Juan de la Peña. Allí, en la iglesia de San Pedro de la Sede del Real se guardó el Santo Grial entre 1014 y 1045, más de tres décadas. La construcción actual data del siglo XVI, pero por un momento nos podemos imaginar cómo sería la vida en este emplazamiento, que fue residencia de los Reyes de Aragón.
7 – Catedral de San Pedro de Jaca – Años del 1063 al 1071 d.C.
Uno de los templos más importantes del primer románico español es la catedral de San Pedro de Jaca, de la que se dice que el propósito de su construcción estuvo directamente relacionado con la conservación del santo cáliz (de hecho, lo albergó del 1063 al 1071).
El rey Ramiro I estableció la capital del incipiente Reino de Aragón en Jaca y formó el proyecto de hacer una catedral «tan suntuosa que no haya otra mejor», y lo sería para el Aragón de aquella época, una catedral construida por y para el Santo Grial, por eso será consagrada a San Pedro, y por eso le hará donación de trece pueblos en memoria de los comensales de la Última Cena.
En un capitel de la lonja pequeña de la Catedral puede verse todavía la inscripción Sistus que relata la historia de San Lorenzo y la entrega del cáliz que le hizo el papa Sixto II. El obispo García, último de los obispos aragoneses de Sásabe, hijo de Ramiro I y custodio del Grial, fue el encargado de trasladar la reliquia a Jaca el año 1044, aunque debido a enfrentamientos con su hermano Sancho Ramírez, finalmente marchó como obispo a Pamplona, siendo sucedido en sus cargos por Pedro de Jaca.
Se trata de una construcción ligada también al Camino de Santiago, y en este templo es donde se bautizó el estilo ajedrezado jaqués, que después se repetiría en otras iglesias.
8 – Monasterio de San Juan de la Peña – Años del 1076 al 1399 d.C.
El monasterio más importante de Aragón durante la alta Edad Media, el de San Juan de la Peña, también tuvo el honor de guardar el Santo Grial. Y lo hizo durante más de tres siglos, del 1071 al 1399, por lo que fue donde más tiempo permaneció antes de marchar a Zaragoza, Barcelona y, definitivamente, a Valencia. También es parada para los peregrinos del Camino de Santiago.
Pedro de Jaca, el nuevo custodio del Grial, renuncia a su cargo de obispo en 1076 y retorna a su monasterio de origen, San Juan de la Peña, cuna del Reino de Aragón, llevando consigo el Santo Grial, que permanecerá allí hasta el año 1399. Este traslado dió lugar a un importante conflicto entre los obispos de Jaca, que trataron de recuperar el cáliz a toda costa, y los monjes de San Juan de la Peña, apoyados por el Rey de Aragón y por el Papa, que querían guardarlo en el monasterio, conflicto que a punto estuvo de generar una revuelta social. El conflicto se resolvió finalmente a favor del monasterio, al pasar este a depender directamente de la Santa Sede.
Es precisamente durante este período de estancia del Grial en San Juan de la Peña cuando surgen durante el siglo XI las primeras leyendas y obras caballerescas en torno al cáliz de la última cena, extendiéndose por toda Europa y apareciendo versiones alemanas, francesas, castellanas, islandesas, italianas . . . , con derivaciones como Lancelot, el rey Arturo y los caballeros de la Tabla Redonda, Queste del Saint Graal, Parzibal, Tristán, Ginebra, el mago Merlín o la espada Excalibur. En este monasterio se daban elementos susceptibles de ser incorporados a la tradición griálica, como el repetitivo tema de los monjes custodios, que como rezan las leyendas, vivían más de cien años por la contemplación del Santo Cáliz. La ubicación del monasterio bajo una imponente roca, contribuye también a conjeturar sobre su enigma. Una fuente con forma de cáliz se dice que se erigía en el centro de su espectacular claustro, lo que recuerda que el Grial también contuvo el agua que manó de las heridas del costado de Cristo.
Investigaciones históricas recientes realizadas por el historiador alemán de la Universidad de Göttingen, Michael Hesemann, demuestran que la descripción de lugares, detalles arquitectónicos, paisajes y personajes que aparecen en los poemas épicos medievales, como Parzibal (que relata la vida de Sir Perceval, caballero de la Mesa Redonda y de la corte del rey Arturo, y su búsqueda del Santo Grial), coinciden sorprendentemente con la descripción y los detalles arquitectónicos de este monasterio, y con lugares, paisajes y personajes históricos españoles de la época, por lo que el Grial al que aluden poemas y leyendas era el que se guardaba en San Juan de la Peña. Incluso la inscripción árabe de la peana del Santo Cáliz aparece mencionada en el poema Parzibal. Es sumamente importante recalcar que el término lingüístico «grial», utilizado en los libros medievales de caballería para referirse al Santo Cáliz, es de orígen ibérico, y era el que empleaban las gentes de los lugares próximos a San Juan de la Peña para referirse a un cáliz.
Probablemente, el hecho de que Sancho Ramírez se uniera a la corriente innovadora oficialista de Roma, favoreció la difusión de estas leyendas caballerescas, a través de peregrinos y juglares que transitaron por la gran vía de intercambio de ideas que era el Camino de Santiago. Alfonso I el Batallador, fue uno de los monarcas aragoneses que más protegió este monasterio. Caballero templario del Grial, según la tradición oral, tras la batalla de Fraga y supuestamente herido de muerte, se refugió en el monasterio y misteriosamente logró sobrevivir, apareciendo más rejuvenecido y guerrero que nunca.
¿Te animas a realizar la ruta?
Fuente: http://www.fanyanas.com