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Huesca cuenta desde principios de mayo con un nuevo espacio peatonal: el Paseo de la Muralla, una ronda de 250 metros de largo y 8 de ancho que transcurre entre la Casa de Amparo y el Colegio San Vicente, por la parte trasera de las viviendas de la calle Desegaño.

Los caminantes que decidan conocer la nueva zona, descubrirán unas buenas vistas de la ciudad y de los alrededores, observando lugares como Montearagón, la Sierra de Loarre, el parque del Isuela o Las Mártires. Este paseo se integra en el Casco Antiguo oscense y quiere poner en relieve la importancia de la muralla y permitir que todos puedan disfrutar de este rincón de Huesca. Para acceder hay que hacerlo desde el número 74 de la calle Desengaño.

Si andáis por encima os percataréis que hay dos tipos de pavimento. Uno más rugoso y otro más plano. El primero reproduce la muralla que ha quedado oculta a unos metros debajo del paseo. Además, para poder verla, se puede uno asomar, si no se tiene vértigo, a un cristal a la altura de la Plaza San Vicente, desde el que se pueden vislumbrar las dos murallas auténticas, una del siglo IX y otra del XI, que corren paralelas.

Otro detalle en el que fijarse son los bancos que, además de lugar de descanso, sirven para airear la muralla gracias a unas rendijas que presentan en su parte inferior. La muralla no está todavía restaurada en su totalidad, habrá que esperar un poco más, pero mientras ¿quién se viene a conocer este nuevo rincón oscense?

Si queréis conocer un poco más sobre de la Muralla de Huesca os invitamos a que leáis esta entrada sobre su historia. 

Fuente de imágenes: Fundación Huesca Congresos