🗿✨ Ruta por las 5 Peñas Sagradas dotadas de poderes sobrenaturales…

Son las sacra saxa, o peñas sagradas, dotadas a lo largo de la historia de un carácter mágico o sobrenatural por su asociación con diversas leyendas, ritos  y creencias: altares rupestres, santuarios y ermitas, abrigos y cuevas, conjuntos rocosos con formas peculiares…

Aquí podréis descubrir todas las piedras sagradas, pero en este post os vamos a dejar las más impresionantes:

1 – Salto de Roldán – Santa Eulalia de la Peña

Históricamente constituyó una de las vanguardias de la conquista de Huesca. Fuentes musulmanas ya mencionan los castillos de Sen y Men. En torno al año 940, una expedición navarro-aragonesa los conquista para, dos años después, volver a caer en manos musulmanas. El rey Sancho Ramírez los conquistó definitivamente en el año 1090, momento en el que, en la Peña de Sen, se construye un castillo y una ermita de los que quedan todavía restos visibles.

Constituye una de las ubicaciones de castillos roqueros más espectaculares de la península y que sirvieron, a las tropas cristianas, para hostigar a los musulmanes que dominaban Huesca.

Varias leyendas circulan, como no podía ser de otra manera dada la grandiosidad del lugar. La más conocida, y que da nombre al conjunto, cuenta cómo el caballero Roldán acorralado por sus perseguidores espoleó a su caballo y saltó de una peña a otra burlándolos. Otra leyenda cuenta que no fue el caballero aragonés si no San Martín.

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2 – Piedra de los Moros – Ayera

En la llanura oscense, entre los términos de Castilsabás y Ayera, en medio de un bosque de encinas que se extiende al pie de la ladera de Santa Eulalia la Mayor, emerge un conjunto rocoso que recibe el nombre de la Piedra de los Moros.

Se trata de un gran complejo fecundante dado a conocer por Manuel Benito y que, hasta el momento, sigue sin ser estudiado en profundidad. Este conjunto pétreo es de los más interesantes que podemos encontrar en la Hoya de Huesca. Manuel Benito la describió como la catedral de la fertilidad.

Dice la leyenda que un rey moro vivía en Santa Eulalia y que tenía a su hija encerrada en la torre. El padre quería que la hija se casara con un hombre que él había elegido, y la hija no quería. El caso es que el padre para presionarla la encerró en la torre. La hija del rey moro, harta de padecer tanto encierro, y decidida a no aceptar la decisión de su padre escapó de aquella torre que está junto a Santa Eulalia, escapó dando un gran salto, viniendo a caer aquí, a la piedra Mora. Su salto quedó grabado en las rocas dejando estas huellas. Y además dejó su poder fecundante impregnado en estas rocas. Lo que pasa es que la persona que grabó estas huellas en esta roca, dejando grabada, esculpida, la huella del pie derecho, en vez de la huella del pie izquierdo, éste se ve perfectamente que no encaja. Y que el que encaja es el derecho.

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3 – Peñón de Muyed – Berbegal

Se trata de un conjunto formado por tres bloques pétreos emergentes y rodeados de campos de cereal.

El bloque más visible es uno de gran tamaño, de unos 10 metros de altura, de forma fálica, con muy poca base debido a la erosión del salagón que lo sustenta. En la superficie exterior que todavía no está afectada por la erosión se aprecian algunas pequeñas entalladuras, como si se tratara de estribos o soportes para alguna estructura que permitiera subir a la parte superio. Debido a la altura de la roca no hemos subido a ella.

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4 – Ermitas Rupestres – Yebra de Basa

Conjunto de cuatro ermitas rupestres, ligadas al culto a Santa Orosia, que jalonan la senda que, desde Yebra lleva al puerto homónimo, donde la tradición dice que sufrió martirio la princesa de Bohemia.

Leyenda: La tradición dice que Orosia era una princesa de Bohemia que venía a Aragón para casarse con un príncipe Fortún Garcés. Su comitiva, a pesar de buscar en su viaje refugio en los Pirineos, fue descubierta por tropas islámicas. El jefe de estas tropas, Abén Lupo, prendado de la belleza y prestancia de la joven, le propuso matrimonio a condición que abandonara la fe cristiana. Obviamente se negó y emprendió huida hacia el puerto de Yebra donde fue descubierta, la tradición dice que en la cueva donde con posterioridad reposarían sus reliquias, fue subida prisionera al puerto y, donde está el santuario, sufrió martirio y fue decapitada tras ver morir a toda su comitiva.

Unos 300 años después, en la madrugada del día 25 de junio de 1072, un ángel se apareció al pastor el pastor Guillén de Guasillo que guardaba su rebaño en las proximidades del lugar del martirio, para revelarle la historia de la joven y la ubicación de las reliquias. Le ordenó que cogiera los restos de la joven y que dejara la cabeza en Yebra y que llevara el cuerpo a Jaca.

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Cuevas y Chorro de Santa Orosia. Arriba, la ermita de la Cueva y abajo la de San Cornelio. Fotografía de Una Huella en la Nieve www.pinterest.es/huellaenlanieve/

5 – Ermita de San Martín de la Val de Onsera – San Julián de Banzo

El santuario se encuentra en un enclave espectacular al fondo del barranco de San Martín junto a una cascada, al pie de la sierra de Gabardiella. El origen de San Martín fue una cueva a la que se le fueron añadiendo diversas construcciones exteriores durante diferentes épocas. El monasterio fue reedificado en el siglo en el siglo XVII. En los siglos XVIII-XIX se añadieron otras dependencias, destinadas al servicio de los romeros como el hogar o el comedor.

San Martín de la Bal d’Onsera es un lugar mágico, punto de referencia para los pueblos del entorno y templo rodeado de leyendas, historia y tradiciones.

Según la tradición al lugar se le relacionó durante la Edad Media con rituales de fecundidad. Allí acudieron reyes y nobles aragoneses en busca de descendencia masculina. El rey de Aragón Pedro IV acudió a San Martín de la Val d’Onsera para pedir que su tercera esposa, Doña Leonor, tuviera descendencia, como así fue. A partir de entonces corrió la noticia entre los nobles, y se sabe que Don Alonso Felipe de Gurrea y Aragón, conde de Ribagorza, y su tercera mujer Doña Ana de Sarmiento, cruzaron descalzos la Val d’Onsera en 1524 pidiendo también descendencia, lo que consiguieron al año siguiente. En agradecimiento, pusieron el nombre de Martín a su hijo.

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