Santa Cruz de la Serós ❤️ uno de los rincones más bellos de la provincia de Huesca ⛪️

La localidad de Santa Cruz de la Serós se encuentra entre el río Aragón y la Sierra de San Juan de la Peña, una de las reservas del patrimonio tradicional de la provincia.

Su casco es uno de los más cuidados y más bellos del Alto Aragón, declarado como Conjunto Histórico Artístico, no sólo por sus iglesias sino también por su caserío.
Su apellido, «Serós», le viene de la vinculación de la localidad con las religiosas (Las sorores en aragonés o lo que es lo mismo, hermanas o monjas) que hasta finales del siglo XVI habitaron en el Monasterio de Santa María, monjas benedictinas que dependían del monasterio de San Juan de la Peña.

Monasterio de Santa María
En el año 1060, fue fundado por Ramiro I de Aragón, destinado como cenobio femenino reservado a las hijas del propio rey y de la alta nobleza aragonesa. Hoy ya no queda nada del Monasterio, únicamente se ha conservado su espectacular iglesia, joya del románico aragonés del siglo XII y que ha llegado prácticamente intacta hasta nuestros días.
La Iglesia de Santa María
La Iglesia de Santa María, única construcción en pie del desaparecido Monasterio, posee una imponente torre que está considerada como el campanario más destacado del románico aragonés.
En su estructura se encuentran las marcas del Monasterio que ya no existe.


Ermita de San Caprasio
La pequeña y coqueta ermita de San Caprasio fue la antigua iglesia parroquial de la localidad. Se construyo a principios del Siglos XI Destaca por ser el único edificio de estilo románico Lombardo que se conserva íntegramente en la provincia.
Una única nave, muy primitiva, en defenicitiva una pequeña ermita que dicen que es como un «Juguete» 🙂

Chimeneas Espantabrujas
Entre ambas iglesias se extiende Santa Cruz de la Serós y como telón de fonde se encuentra la preciosa sierra de San Juan de la Peña.

Con arquitectura cuidada, sus casas son de una amarillenta y labrada piedra, sus tejados de losa superpuesta, y sobre ellos se asientan espectaculares chimeneas troncocónicas, rematadas por los «espantabrujas«.
Estas chimeneas troncocónicas, que se alzan altivas en los tejados de sus casas. Dicen, que evitaban que las brujas que sobrevolaban los tejados de las casas sobre sus escobas, entraran en los hogares a través de la única entrada que no podían cerrar, las chimeneas. De ahí su nombre de «Espantabrujas»
En la localidad, nada más llegar existe un monumento dedicado a las chimeneas Espantabrujas.
Por toda la localidad se hace patente el reaprovechamiento de los sillares de las antiguas dependencias monásticas para la construcción de las actuales casas; además la presencia de inscripciones y figuras grabadas en los dinteles de las puertas y ventanas, a modo de símbolos para proteger el hogar, embellecen todavía más la localidad.
Fuente: Libro Pueblos con Encanto del Pirineo