Un ruso para golosos

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Si habéis visitado alguna vez Huesca, es muy probable que hayáis degustado uno de sus postres más famosos. Se trata del Pastel Ruso, elaborado por, entre otros, la pastelería Ascaso. Seguramente ya os estaréis preguntando qué tiene que ver Rusia con Huesca y los dulces.

Parece que este manjar solo apto para golosos procede de la ciudad francesa de Oloron Saint Marie, al otro lado de los Pirineos. La familia Ascaso viajaba a menudo a dicha localidad, donde tomaban un pastel ruso en la confitería de la Viuda de Artigarrede, que en la década de los 50 cedió los derechos a la familia Ascaso para fabricar el conocido dulce.

El origen del nombre, también según la leyenda, proviene de la Exposición Universal de París de 1855, cuando la emperatriz Eugenia de Montijo ofreció al Zar Nicolás II un praliné de almendra y avellana. El postre fue todo un éxito y se denominó Pastel Imperial Ruso.

La emperatriz Eugenia de Montijo
El zar Nicolás II

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Qué lo hace tan especial? Puede que sea su textura, entre esponjosa y cremosa, o puede que su sabor a almendra y avellana. Además, se puede conservar en nevera tres meses; y también se puede congelar. Sus ingredientes son avellanas, almendras, clara de huevo, azúcar, mouse de praliné y algún que otro secreto que guardan los Ascaso. El resultado: «uno de los dulces más finos de la pastelería europea», según el crítico gastronómico José Carlos Capel.

¿Aún no lo habéis probado?

Fuente de la imagen: Pastelería Ascaso