Huesca tiene magia: leyendas

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Muchos ya lo habéis descubierto: Huesca tiene magia, y mucha. Hoy arrancamos una serie de artículos en este blog en los que vamos a desgranar algunas de las razones por las que Huesca tiene magia. Como no podía ser de otra forma, comenzaremos con las leyendas que habitan el territorio, y que hacen de la visita a la provincia de Huesca un descubrimiento mágico, lleno de misterios.

La Campana de Huesca

Huesca-Ayto-La Campana de Huesca-Ana B reducida (1)

Comenzaremos con la Campana de Huesca, una leyenda que fue inmortalizada por el pintor José Casado del Alisal en 1880. Más atrás deberemos remontarnos para conocer los primeros atisbos de esta historia, también llamada leyenda del rey monje, concretamente hasta el siglo XIV y hasta la Crónica de San Juan de la Peña. En ella se cuenta que Ramiro II el Monje (reinado: 1134-1157) no contaba con la obediencia de los nobles del Reino de Aragón, por lo que le era muy difícil mantener el orden en el territorio. Harto de esta situación, el entonces rey pidió consejo al abad en el monasterio de San Ponce de Torneras, en Francia. Éste, tras escuchar el asunto en boca del mensajero real, lo llevó al huerto del monasterio y cortó las coles que más sobresalían, como mensaje que debía transmitir al monarca. El rey, al oír el consejo, convocó Cortes en Huesca, diciendo que quería hacer una campana tan grande que se oyera en todo el reino. Cuando los nobles llegaban al palacio, los detenían y decapitaban al momento. La campana resonó en todo el reino y ningún noble volvió a sublevarse. El citado cuadro puede visitarse en la Sala de la Campana del Museo Provincial de Huesca.

Brecha de Roldán

brecha roldan

En el Parque de Ordesa y Monteperdido se encuentra el siguiente punto mágico: la Brecha de Roldán. Roldán era el sobrino de Carlomagno, que luchaba en la batalla de Roncesvalles cuando quedó atrapado bajo la montura de su caballo muerto. Su tío huyó a Francia tras ver perdida la batalla y huyó a Francia. Roldán despertó después e intentó escapar al país vecino, pero, herido de muerte, tan solo consiguió llegar hasta Ordesa. Una vez se dio cuenta de que nunca podría pasar la frontera, decidió que su espada Durandarte sí lo haría por él. De modo que la lanzó al otro lado de la montaña, ésta golpeó contra la roca y formó la brecha que comentábamos al inicio.

Topónimos mágicos

Casita-de-las-Brujas

Para finalizar, vamos a dar un paseo por las poblaciones con tradición mágica, atribuida a las brujas, que han dejado muchos topónimos (tal y como recogen José Antonio Adell y Celedonio García en su libro «Historias de nuestros pueblos»). En Biescas, por ejemplo, hay una caseta de las brujas, donde dicen que vivió la bruja Maut, experta en hacer ladrar a las personas como a los perros. En el mismo valle, concretamente en Tramacastilla de Tena, hay un bosque de las brujas; mientras que en Gavín podemos encontrar la Casa de las Brujas, o la Caseta de la Bruja en otras poblaciones, como Nocito o Ibirque. También en Búbal hay una exposición dedicada a las brujas.

Fuente imágenes: Turismo de Aragón, BiziRutas